sábado, octubre 30, 2010

Deseo

El otro día hice algo que quiero compartir. Me grabé cantando. No os podéis imaginar lo tremendamente absurdo que resulta cantar delante de una cámara.
Pero el caso es que estaba buscando los acordes de la canción "Deseo" de Pedro Guerra. Y una buena forma es buscar en youtube a algún amateur tocándola. Y entonces descubrí el vídeo de un tío que lo hacía genial, y me dije ¿por qué no hago yo lo mismo? Así que me puse manos a la obra.
Como me avergonzaba un poco me distorsioné algo la imagen.
No se me ocurrió otra cosa que compartirla en facebook y me he llevado una buena ristra de críticas de amigos que se han quedado perplejos ante mi inmadurez: "¿pero te has grabado delante de una cámara? ¿sin nadie que te viera? ¿y qué haces mirando a la cámara mientras cantas? Y me ha servido para reírme un poco de mi mismo, y pensar que todavía soy un chaval, capaz de esta insensatez.
Y para que no se diga aquí me atrevo a compartirlo con toda la blogsfera: ¡aúpa la inconsciencia!

sábado, octubre 23, 2010

Cómo dejar a un bebé en la cuna

El otro día aprendí cómo dejar a un bebé en la cuna gracias a un Manual de Instrucciones del Recién Nacido que cayó en mis manos:
"Posa la mano izquierda sobre la cuna para ir depositándome suavemente.
Tu mano derecha se situará a la altura de mi cuello, abarcando mi cabecita y parte de la espalda para controlar que la parte superior de mi cuerpo no se descompense y apoya también de forma suave sobre el colchón".
Al intentar ponerlo a la práctica tuve problemas, pues soy zurdo, y donde pone izquierda yo tenía que escribir en mi mente derecha. Realicé la operación mirando el texto para no fallar en nada. Finalmente fue todo un éxito: dejé a mi hijo en la cuna.
Y luego nos quejamos de que los padres nos hagan ciertas preguntas. ¿Queremos abolir el sentido común de los padres con estas recomendaciones?

Uno de los problemas que tenía en atención primaria es que cuando los padres me pedían consejo sobre algunos aspectos del cuidado del niño me limitaba a dar algún consejo un poco vago, y eso, en general, no gusta.
Por ejemplo, no basta con que digas que pueden ir empezando a darle verduras. Prefieren que les digas: "coge 2 patatas de tamaño mediano, 3 zanahorias, 30 gramos de arroz. Cuécelos a 130 º durante 30 minutos. Asegúrate de que la patata queda blanda. Después parte en trozos pequeños, como de un dedo, la zanahoria. Tritúralo todo junto con 130 ml del agua de cocer a velocidad turbo con la batidora, asegurándote de que tiene una consistencia blanda, como de crema. Espera 10 minutos a que se enfríe. Antes de ofrecerla a tu bebé coge un poco con una cuchara de café aunque sin café. Obsérvala. Si sale humo: quema. Si no sale humo puede que queme, pero siempre menos que cuando sale humo, así que posa la cuchara con el alimento sobre tu labio superior. Si no salía humo, pero te sale una ampolla es que miraste la cuchara en dirección a la luz: seguro que humeaba".
Que no se me ofenda nadie: que he exagerado para intentar arrancar alguna sonrisa.
Pero reconozco que muchas veces he mermado la capacidad creativa y de crianza de los padres con algunos consejos. Y según pasa el tiempo me parece que cada vez hay menos consejos que se puedan dar con seguridad científica. Si ahora me preguntara la madre de un recién nacido, a bote pronto se me ocurren tres: dale el pecho, acuéstalo boca arriba y no fumes (ni en la terraza...)

sábado, octubre 16, 2010

Vademécum neonatal

Hace poco tiempo salió una página web destinada a la seguridad del paciente en neonatología.
Incluye una guía farmacológica muy completa, donde aparece información muy práctica, como la forma de preparación de los fármacos o las compatibilidades.
Recientemente colaboré en la conversión de la guía para formato Isilo, de forma que se puede consultar fácilmente desde cualquier agenda electrónica o móvil en el que pueda instalarse Isilo.
Lo más sorprendente de todo es que la guía es gratuida. Y casi más sorprendente que todavía sólo haya habido 102 descargas de la guía en formato pdf y 13 de la guía para PDA.
Así que si queréis tener una guía completa y actualizada os animo a daros una vuelta. Y me ofrezco a responder vuestras dudas sobre la instalación de la guía para PDA, si es que tenéis problemas. Sólo tenéis que enviar un comentario y en cuanto pueda os contestaré.

miércoles, octubre 06, 2010

Carátulas

Hace mucho ya que escribí mi perfil. En él había que poner la música y libros favoritos y no sé cuántas cosas más.
Recuerdo que un día llegó a casa mi mujer preocupada porque al hablarle del blog a sus amigos habían visto cosas que les horrorizaba, como que una de mis películas favoritas es Sonrisas y Lágrimas o que me gusta Alejandro Sanz. Sus compañeros recomendaban que, aunque sólo fuera para disimular, pusiera algo más duro, como Rambo, Terminator y algún que otro grupo rockero.
Reconozco que soy un poco nenaza. Algunos lo maquillan diciendo que es sensibilidad, pero para qué nos vamos a engañar. Por ejemplo, cuando compongo sólo me salen melodías tristes.
Pero el caso es que hace no mucho tuve la presentación del libro de un amigo en La Casa del Libro, y no se me ocurrió otra cosa que musicar un poema suyo (o relato, o lo que sea, que yo no lo tengo claro). Él se escuda diciendo que es un libro de literatura no figurativa, pero es un tipo de arte que nunca entenderé.
El poema lo transcribo completamente (espero que no me pida derechos de autor):
"Carátulas, espátulas, canciones y enredos"
Y ya está. Pasa página.
Como se quedaba corto (o la música larga) añadí más texto y arranqué estos acordes. Aquí os dejo los más rockero que he compuesto nunca. Espero que os guste.

Piénsatelo antes de gritar

El otro día escucho desde el box (ese espacio en el que pasamos tantas horas viendo a los niños que acuden a urgencias) a una madre pegar unos gritos e improperios descomunales porque llevaba una hora esperando en la sala de espera. Ante las razones que le daba la enfermera de que los pediatras estábamos liados, que se había puesto enfermo un niño en la planta, la madre decía algo así como: "pero a mí lo que me importa es mi hijo, y no hay derecho a que todavía no le hayan visto, porque esto no es un servicio de urgencias, bla, bla, bla". Yo no recuerdo que dijera ninguna palabrota, pero sí que el tono de su voz me hizo presagiar lo peor: habíamos dejado en la sala de espera durante una hora a un niño que en menos de cinco minutos desde que llegó a la urgencia había sido valorado por una enfermera, pero que seguro había hecho una sepsis fulminante. Miré a mi derecha, a lo lejos vislumbré el cuarto de parada. Seguro que tendríamos que llevarlo allí, si es que no habíamos llegado ya demasiado tarde... Con cierto temblor en la voz hago pasar al paciente. Cuál es mi sorpresa cuando veo caminando por su propio pie a un niño de siete años, con una sonrisa en la boca, buen color de piel... Vamos, que hasta el frutero habría adivinado que ese niño no estaba grave.
Entonces es cuando tienes dos opciones: hacer que la madre se ponga roja de vergüenza por esos gritos ante un hijo que al lado del niño de la planta estaba como una rosa verbenera, o callarte como un capullo, porque bastante hay que lidiar en las guardias como para no salvaguardar las coronarias por tonterías. Por supuesto elegí la opción "b", pero no me resistía a contarlo aquí. Se fue silbando bajito...
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